Según Richard Boyatzis, Goleman y Annie McKee, la principal habilidad del líder en este siglo será la de crear sentido para sí mismo y para los demás. «El líder resonante crea más».
Para mi la habilidad de crear sentido no sólo será necesario desarrollarla en los líderes sino en todas las personas, porque de lo contrario corren peligro nuestro equilibrio, nuestro bienestar y la consecución de nuestras metas. Necesitamos más esencialismo.
En una sociedad intoxicada por el exceso de estímulos e información, atrapada por el culto a lo último, a la novedad, a lo que todo el mundo sigue, se esta desarrollando una nueva enfermedad caracterizada por los síntomas de la falta de criterio propio, la incapacidad de discernir sobre el discurso imperante, el culto a lo superficial y efímero, la búsqueda del placer y la satisfacción inmediata, además de otros muchos. Ante esta enfermedad el único antídoto posible es el desarrollo de la habilidad de crear sentido: reflexionar, elevar nuestra consciencia, darle sentido a las cosas, cuestionar y pensar de forma crítica.
Crear sentido es pensar de forma critica, es reflexionar, es no dejarse llevar por lo primero que llega sin más o por lo que dice alguien muy famoso, o a quien admiramos. Crear sentido es cuestionarse el discurso y buscar lo que no se dice, lo que se trata de ocultar, otras realidades posibles. Crear sentido es no prestar atención a lo que no es importante, a lo que nos distrae de nuestra meta, de nuestro propósito.
Frases motivadoras como esta, tan de moda actualmente en las redes sociales, son una muestra de lo que digo. Sí hay objetivos imposibles, porque los objetivos para lograrlos tienen que estar conectados con las capacidades de las personas, y nos guste o no, no todos tienen las mismas capacidades, y porque sencillamente hay personas que no saben fijar objetivos realistas y confunden deseos, sueños de grandeza y fantasías, con objetivos. He visto a personas muy frustradas, decepcionadas y desmotivadas por creerse frases como esta y descubrir que la realidad también impone sus reglas, y no se pueden despreciar.
Crear sentido es relacionar y conectar en un instante múltiples datos, hechos, sensaciones, emociones, vivencias e informaciones, y otorgarles su lugar preciso en el camino que nos hemos propuesto recorrer para lograr nuestro propósito en la vida.
Crear sentido es vincular, porque es el vínculo, cómo lo creamos, cómo lo experimentamos, cómo lo cultivamos, lo que da sentido a lo que somos, a como vivimos, y a como estamos en el mundo. El vínculo es lo que nos une a los demás, lo que nos conecta con el mundo, con cada idea, con cada hecho, con cada pensamiento y con cada acción. Al vincularnos a algo (una idea, una actividad), a alguien, a un grupo, nos estamos actualizando como sujetos, como personas. Estamos transfiriendo parte de lo que somos, de lo que queremos, de lo que buscamos, necesitamos, deseamos, valoramos, a aquello a lo que nos vinculamos.
Al establecer el vínculo estamos actualizando el sentido. Por eso, si el vínculo que establecemos no es fuerte, no esta conectado con nuestro sentido vital, nos apartara de él, lo desnaturalizará, y estaremos creando vínculos perjudiciales para nuestro desarrollo y nuestra autorrealizacion. Vínculos vacíos de significado, que nos conducirán a una inercia descontrolada cuyo destino será una gran insatisfacción personal y vital.
Vincularse a una moda, a una frase, a una idea, una profesión, una actividad, una persona porque es lo último, la que más aceptación o seguidores tiene, la que nos ha hecho más caso, donde hemos encontrado un hueco, no es crear sentido, es vivir en el sin sentido.
Me apena comprobar que vivimos tiempos en los que el sentido se abandona en manos de lo mediático, de la actividad desenfrenada, las relaciones superficiales y virtuales, el discurso imperante, en definitiva en manos de lo ajeno. Y todo esto, a pesar de que muchos se empeñen en verlo como una conexión con el mundo, un vivir la vida a sorbos, una emoción constante, realmente los está convirtiendo en seres dominados por sus impulsos, pasiones desbordadas, vacíos no llenados e imposiciones externas, sin ser conscientes además de esa dominación.
Dejamos de crear sentido porque tenemos miedo a ver la realidad tal y como es, de enfrentarnos a la verdad, porque quizás no nos guste lo que nos encontremos y acabemos descubriendo la farsa que hemos creado. Y para ello nos rodeamos de palabras grandilocuentes, efectos especiales, afectos desmedidos, emociones desbordantes, relaciones virtuales, creando un mundo de fantasía.
Para mi el sentido está en el equilibrio, en la pasión armónica, la energía serena, la generosidad inteligente, la acción reflexiva, la emoción inteligente, la razón emocional, el optimismo realista… El sentido está en conectar cada cosa que hagamos con nuestra esencia y propósito (claro que para eso hay que descubrirlo primero a través de un profundo autoconocimiento y un encuentro con uno mismo), y eso pasa por evaluar a cada momento si ese proyecto que voy a emprender, esa jornada a la que voy a asistir, esa llamada que voy a atender, esa persona con la que pienso colaborar me alejan o me acercan a mi meta. Si te alejan déjalas pasar sin volver la vista atrás, si te acercan no lo dudes y no te distraigas.
Desarrollar la habilidad de crear sentido nos convierte en seres emancipados, que reflexionan para potenciar una transformación que es creativa porque se genera a partir de nuestro propio sentir y saber, a partir de nuestro sentido único de ser y estar en el mundo.
Me gusta acompañar a otros en el desarrollo de su habilidad para crear sentido en su trabajo, en sus emociones, en sus pensamientos, en sus comportamientos, en sus relaciones. Lo hago desde el Coaching como herramienta que potencia el cuestionamiento, la reflexión, la consciencia, la responsabilidad. Ayudo a cuestionar las representaciones de la realidad que nos creamos, las creencias sobre las que actuamos, las relaciones de las que dependemos, los saberes, las certezas, para que puedan transformarlos de manera crítica y reflexiva, y crear nuevas acciones que estén vinculadas con sus verdaderos propósitos.
Acompaño en la búsqueda del significado que hay entre el mundo consciente e inconsciente, en encontrar el puente, el vínculo y la conexión. De esta forma la persona construye su propio conocimiento, y ya no se deja llevar por lo que otros imponen desde fuera, y comienza a aprender a crear sentido a su a alrededor, practicando una mirada apreciativa que se focaliza en lo importante, lo esencial, lo significativo, lo creativo, lo positivo que nos hace crecer y evolucionar.
No es casualidad que este aprendizaje de crear sentido, que se da en el Coaching, se fundamenté en el vínculo humano que proporciona la conversación. El Coaching son conversaciones dirigidas a crear sentido, no cualquier tipo de conversación. Por eso un buen coach es un buen creador de sentido, y la mayor garantía de su buen hacer es su ejemplo. Por eso, no deposites tu confianza en un Coach en el que no veas un ejemplo de creación de sentido, y la habilidad de saberlo crear y de ayudar a otros a hacerlo. Nadie puede ayudar a otro a aprender a crear sentido sino es capaz el mismo de crearlo en su vida, por mucha formación, experiencia, títulos, certificaciones y fama que tenga.
Te dejo un ejercicio que utilizo con frecuencia para ayudar a encontrar sentido, que esta incluido en este post. Te aseguro que si lo haces a conciencia funciona, he sentido los silencios, los suspiros, los tambaleos, las caras de sorpresa de muchas personas al terminar de hacerlo. ¿Cuéntame que ha pasado? ¿Dime que más necesitas?
Desde la perspectiva de quien ha experimentado el tambaleo, el silencio y la introspección más profunda para tomar aliento en cada una de las preguntas, no se puede decir otra cosa que, excelente post.
Desafortunadamente, es una realidad el hecho de que inmersos en la gran infoxicación que nos envuelve, hemos perdido el sentido de cosas tan fundamentales como el saber a donde hemos de mirar o, el tener la capacidad de discernir qué es lo que va con nosotros y que es lo que no está alineado con nuestra esencia.
La consecuencia es que en muchos casos nos abandonamos a ser arrastrados por la última moda que se manifiesta ante nuestros ojos y regala una atractiva frase, a nuestros perezosos oídos. Así es que la acatamos sin más, sin pararnos a tomar consciencia, sin contrastarla, y sin ni siquiera darnos la oportunidad de tomar parte en la decisión de dejar que nos impregne o no.
De esta manera, nos entregamos a cualquier corriente que nos quiera llevar, malgastando energía, esfuerzo y recursos en cosas que no sabemos si nos acercan o nos alejan a nuestra meta. Es más, no lo sabemos porque muy a menudo, tampoco hemos hecho el esfuerzo de preguntarnos por nuestro propósito de vida. El resultado podría dibujarse como un individuo que se desconoce completamente a sí mismo, no sabe a dónde va y tampoco sabe para qué va. En definitiva, un individuo que se priva de crecer haciéndose a sí mismo.
Excelente reflexión Mónica, estoy totalmente de acuerdo contigo. A mi me preocupa especialmente este tema, creo que saber crear y dotar de sentido a todo lo que hacemos, cada decisión, por muy nimia que nos parezca, es importantísimo para mantener nuestro equilibrio, para crecer en sabiduría, para estar satisfechos con nosotros y sentir que lideramos nuestra vida. Muchisimas gracias por tu comentario. Un saludo.
El miedo a ver la realidad tal cual es el peor enemigo, para poder gestionarlo es importante ir paso a paso. Les comparto unas estrategias buenísimas para afrontar la pregunta de ¿Qué puede hacer con mi vida?.
Muchas gracias Emmanuel. Un saludo