Investigadores como, Sternberg, Bruner, Epstein, Labouvie-Vief, Hogarth, Hammond señalan que el hombre siempre ha tenido dos formas de conocer y pensar: la intuitiva, vinculada a la experiencia, y la racional, vinculada a la adquisición de conocimientos codificados y a los procesos lógico-análiticos. Ambos, como dijo Carl Jung, son conocimientos complementarios, si bien residen en lugares diferentes de nuestro cerebro.
La intuición es un conocimiento generado a nivel inconsciente, que no requiere procesos de análisis y por ello es más rápido e inmediato. Su fuente es la experiencia, tanto externa como interna del sujeto, por eso es un tipo de conocimiento totalmente personal y diferenciado.
La intuición ademas es una metacompetencia, y por tanto, su desarrollo potencia y activa el resto de competencias. Al desarrollar la intuición un coach vera amplificadas su escucha activa, su capacidad de formular preguntas, y su creatividad, entre otras competencias.
Si un Coach quiere llegar a la excelencia debe ser capaz de desarrollar tanto el conocimiento racional como el intuitivo, e integrarlos en sus procesos de coaching, pues como señala Carl Rogers “en la relación interpersonal el aspecto racional y el intuitivo se comunican mutuamente y deberían estar presentes siempre».
La pregunta que está en el aire es ¿cómo realizar este ejercicio de integración de conocimientos en el coaching?
En primer lugar, el coach debe adquirir un sólido conocimiento racional, es decir, el conocimiento técnico-conceptual necesario para ejercer el rol de coach: aprendizaje y asimilación de las teorías, de las distintas corrientes de pensamiento, de las técnicas, de los métodos, de las herramientas, de los conceptos, de las bases científicas,etc. Cuanto más amplio sea este conocimiento más recursos tendremos para utilizar y más amplia será nuestra visión.
En segundo lugar, el coach debe desarrollar su intuición y usarla antes, durante y después de las sesiones. La intuicion es la que actuará de guía en la elección del momento para hacer una pregunta, en la elección de la pregunta a realizar y en la elección de la forma de realizarla. La intuición también ayudará al coach a saber el ritmo que necesita el cliente, al elegir el método a utilizar en el proceso, así como las distintas herramientas a emplear en las sesiones, la forma de utilizarlas y el momento para hacerlo.
Sabemos que cada persona es única, tiene distintas necesidades, vive diferentes situaciones, su potencial es singular, su forma de aprendizaje también, por lo que el mismo método, la misma herramienta no funciona por igual en todos los clientes. Además durante un proceso de coaching, e incluso durante una misma sesión, el estado del cliente es cambiante, lo que exige una constante y rápida capacidad de adaptación por parte del coach.
La razón y el análisis se tornan lentos ante estas necesidades y situaciones, que requieren del coach una gran agilidad y rapidez, sin perder su presencia en la sesión. Esta rapidez y capacidad de respuesta solo es posible haciendo uso de la intuición.
La intuición es una pieza fundamental en la interpretación del lenguaje no verbal del cliente. Flora Davis, autora del libro «La comunicación no verbal» señala que “cuando dos seres humanos se encuentran cara a cara, se comunican simultáneamente en varios niveles, consciente e inconscientemente, y emplean para ello todos los sentidos. Luego integran todas estas sensaciones mediante un sistema de codificación, que algunas veces llamamos “el sexto sentido”: la intuición”.
La comunicación no verbal dota de significado y contexto al resto de la conversación, ya que los mensajes no verbales suelen estar relacionados con los estados de ánimo, las emociones, las pasiones, las motivaciones y las intenciones del cliente. Con lo que el cliente expresa a través de su lenguaje no verbal podremos comprender el significado subjetivo que da a sus experiencias e integrar así todo el contenido del mensaje y la conversación.
Para hacer uso de toda su capacidad intuitiva, Joseph O’Connor (Master Coach Internacional) señala que el coach debe tener presentes dos cuestiones fundamentales :
– Que el mayor enemigo de la intuición en el coaching es el diálogo interno del coach. Por tanto, lo primero que debe hacer un coach es un buen trabajo interior de limpieza, liberando emociones reprimidas, soltando creencias limitantes, abandonando prejuicios, egos, y otros condicionantes internos, que sonbloqueadores de la intuición.
– Que el mayor aliado para que aparezca la intuición es mantener una actitud abierta hacia todo lo que nos rodea, ampliando al máximo nuestra campo de visión y atención, y dejando entrar toda la información que recibimos para que se aloje en nuestro inconsciente.
A lo anterior debemos añadir que nuestra intuición sirve de poco sino ayuda a nuestro cliente, por lo que la mejor manera que tiene un coach de usar su intuición e incrementar su nivel de efectividad, es validarla y compartirla con su cliente. Validar volviendo a preguntar y observando el lenguaje no verbal de nuestro cliente, para tener más puntos que ayudan a confirmar nuestra intuición. Compartir nuestras intuiciones con el cliente, invitándole también a reflexionar y adquirir más consciencia :“Estoy percibiendo que…; Me gustaría compartir algo contigo si me lo permites…; He notado que..”
A partir de aquí hay que esperar una respuesta del cliente, porque la agenda es suya. El cliente puede negarse, matizar o aceptar, la intuición que le mostramos, pero lo más probable es que le ayude a profundizar más, que le sirva para abrirse más, o que sea el acicate para tomar otra perspectiva.
El uso de la intuición en combinación con nuestro conocimiento teórico es lo que marca la diferencia como Coach, porque los conocimientos, las herramientas y los recursos todos podemos acceder ellos. Sin embargo, nuestra intuición es solo nuestra, es diferente a la de cualquier otro, es un conocimiento propio y único, y esto es lo que hace que nuestro estilo de hacer coaching sea totalmente auténtico, personal y diferenciado. Un Coach debe generar una sólida alianza entre ambos conocimientos, donde los métodos, las teorías y las técnicas serán el mapa, y la intuición la brújula.
Todo proceso de coaching es un viaje, un camino por recorrer con nuestro cliente, y en todo viaje hace falta un mapa que nos indique de donde partimos y hacia donde vamos. Un mapa esta llenó de signos y señales que no siempre se corresponde con el camino que se recorre, de ahí que sea tan importante interpretar bien las señales que van surgiendo, saber en todo momento el territorio que pisamos, saber cuando avanzar, cuando parar, cuando coger una ruta directa o una alternativa, cuando el camino más corto puede no llevarnos al destino. Todas las respuestas a estas preguntas nos las da nuestra brújula interna, nuestra intuición. Sin mapa la brújula no sabe hacia donde ir y sin brújula el mapa es difícil de interpretar y puede desviarnos del destino.
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