¿Te imaginas como sería estar plenamente feliz y realizado en el trabajo? ¿Has experimentado alguna vez la sensación de entusiasmo, ilusión, energía, e implicación en tu trabajo? Si la respuesta es afirmativa felicidades, si no lo es, bienvenido al Job Crafting: aprender a diseñar el puesto de trabajo para ser feliz.
El trabajo ideal y perfecto no existe, a todos nos gustaría cambiar, al menos algún aspecto, de nuestro trabajo, o no tener que hacer alguna de las tareas. Pero aunque el trabajo perfecto no exista, si podemos modelarlo a nuestro gusto para que nos permita desarrollarnos plenamente. El Job Crafting es una metodología y/o herramienta que nos ayuda a diseñar y construir nuestro puesto de trabajo de forma proactiva, adaptándolo a nuestros ritmos, nuestras fortalezas, nuestras pasiones y nuestros objetivos.
Es una tendencia que surge en el ámbito de la psicología del trabajo de la mano, entre otros, de investigadores de la Universidad de YaleJ. Berg, J. Dutton y Wrzesniewski. Estos autores señalan que nuestra felicidad en el trabajo no depende tanto de las variables externas, sino más bien de las internas (significado que le doy al trabajo, actitud ante el trabajo, percepción del trabajo, hacia donde dirigimos el foco o atención en el trabajo). El Job Crafting se basa en explorar nuestras pasiones, exprimir nuestras fortalezas y focalizar nuestros objetivos. Se trata de parar y dejar de hacer, para pensar en qué quiero hacer, qué hacer, cómo hacerlo, y en transformarlo en saber hacer.
El Job Crafting nos permite alcanzar el engagement, ese estado mental positivo y de realización, que se caracteriza por la energía, la dedicación y la absorción. Además fomenta la proactividad, la autonomia y el dominio personal, porque deposita en nosotros el poder del cambio y la dirección de nuestra vida, en vez de esperar a que sean otros (los jefes, compañeros, la empresa o la divina providencia), los que lleven a cabo las acciones que nos aporten todo lo que necesitamos para ser felices en el trabajo. También contribuye a lograr la Felicacia en las organizaciones, término acuñado porJuan Carlos Maestro para referirse a la suma de felicidad y eficacia.
Todas en nuestros puestos de trabajo tenemos una serie de tareas que realizamos con pasión, y entusiasmo, que no nos cuenta nada ponernos a ellas. Sin embargo hay otras que procrastinamos, y otras que llevamos a cabo de forma inconsciente, automática y que en muchos casos nos tienen enganchados porque nos generan una sensación de competencia, a pesar de que luego los resultados o la falta de tiempo para hacer otras más gratificantes nos crean un estado de insatisfacción o frustración. Hay tareas más divertidas y otras más aburridas. Trabajos que nos cuesta más o menos realizar según las horas del día, ciclos de tareas que se repiten, acciones que nos activa y otras que nos desactivan. Tareas que requieren concentración y otras que no la precisan, tareas que necesitan del concurso de nuestra mente analítica y otras de nuestra mente creativa.
Lo que busca el Job Crafting es detectar qué tareas nos hacen más felices realizar y cuales menos, qué necesitamos para realizar las tareas de una forma más entusiasta, cómo diseñar nuestra jornada laboral y nuestro trabajo focalizándonos en lo que nos aporta bienestar, desarrollando y poniendo en práctica microacciones que lo favorezca o nos aporten una dosis extra cuando tenemos que encarar tareas menos deseadas.
En esta semana desarrollare un Programa sobre Gestión del Cambio, la Ilusión y la Felicidad en el trabajo para el 4ª grupo financiero de Europa. Uno de los contenidos del taller será un proceso de Job Crafting. Te invito a conocer sus pasos:
1.- Autoconocimiento como paso previo ¿Dónde está tu elemento?
Puedes empezar por realizar un Happy Post Project y tomar conciencia de qué te hacer feliz, con qué disfrutas, que te arranca una sonrisa. Este tipo de dinámicas generan emociones positivas, lo que produce apertura mental y emocional y es más fácil ver más, tener más perspectiva, descubrir matices, ser más creativo.
A partir de aquí puedes realizar un trabajo de exploración interior para descubrir tu elemento, como dice Ken Robinson, ese lugar en el que confluyen tus pasiones (lo que más te gusta hacer) y tus fortalezas (lo que mejor se te da hacer). Para hacer este trabajo a fondo puedes usar muchas de las herramientas que aparecen en libro «Encuentra tu Elemento» del citado autor.
También te pueden servir herramientas de análisis como el DAFO, Experiencias Cumbre para descubrir el núcleo positivo (buenas prácticas, experiencias de éxito, fortalezas, sueños, motivaciones, aspiraciones, habilidades…), Análisis Estratégico Personal con enfoque apreciativo, o perfil de competencias.
Para finalizar esta fase fija tus objetivos, lo que quieres lograr y te hará sentirte feliz con tu trabajo. Y no te olvides de echarle un vistazo a tus impulsores de la personalidad y tus creencias limitantes, porque en alguno de ellos puede estar la clave de tu insatisfacción en el trabajo o el impedimento para el logro de tus objetivos.
2.- ¿Dónde está tu equilibrio?
Es importante reflexionar y valorar en que medida nuestra trabajo nos permite, contribuye o nos impide realizar otras actividades al margen del mismo que nos producen bienestar o nos hacen felices. Me refiero a nuestra vida personal, familiar, ocio, hobbies, vida social, etc. Puedes utilizar como herramienta una Rueda de la Vida.
Esto nos ayudará a encontrar un punto de equilibro en nuestra vida, que nos permita atender las distintas facetas y ámbitos de la misma de una forma satisfactoria para nosotros.
3.- ¿Cómo es tu trabajo?
Aquí se trata de realizar una auditoría de tareas. Primero realizando una tormenta de ideas, listado, o mapa mental con todas las tareas que realizamos en nuestro trabajo, de forma habitual o esporádica, sean de más o menos duración, más o menos relevancia. Lo importante en este paso es que estén todas. Una vez tengamos la lista, clasificaremos las tareas en las que nos gustan, las que no nos gustan y las que nos resultan neutras. Esto ya nos dará una pista importante de cómo está compuesto nuestro trabajo en relación a nuestra felicidad.
Cuando tengas esta clasificación es importante cruzarlas con otras relacionadas con el tiempo, para ver que tareas se repiten y con que frecuencia y cuales son más puntuales. También con el nivel de concentración que requieren unas y otras, así como con la cantidad de tiempo que necesitas para realizarla, dividiéndolas en franjas de 5 minutos, 30 minutos, 1 hora, + de 1 hora, por ejemplo. Otra variable a tener en cuenta es el nivel de energía que necesitas para cada una ellas, y determinar en qué momentos del día tienes más o menos energía.
También es importante clasificarlas tareas que puedes realizar de forma totalmente autónoma, o para las que necesitas el concurso de otras personas. Así como aquellas que pueden ser prescindibles o no, y las que dependen de tu control directo, no tienes ningun control sobre ellas, o tienes un control indirecto.
Otra clasificación a tener en cuenta es en qué tareas puedo poner en valor mis fortalezas, habilidades y capacidades y cuales otras requieren habilidades de las que carezco o requerirían un mayor esfuerzo de desarrollo. Por último será muy útil tener en cuenta cuales de dichas tareas te alejan o te acercan a tus objetivos.
4.- ¿Cómo puedo diseñar mi trabajo para ser feliz?
Comencemos realizando un cuadro de tres columnas en el que esten presentes los 3 elementos principales identificados en el punto 1: tus objetivos, las tareas que más te gusta realizar y tus mayores fortalezas y habilidades, esas que marcan la diferencia, que nadie sabe hacer como tu, y que todo el mundo aprecia. Para cada uno de ellos asigna las tareas que tienes en la lista del punto 3 que cumplan o satisfagan esos 3 ítems. Luego revisalo y realiza una lista con las tareas que cumplen 3 o 2 ítems y asignales un lugar preferente en tu planificación y trabajo diarios. Revisa también las tareas que puedes eliminar y te permitirán reservar más tiempo para tus tareas estrella.
A partir de aquí el Job Crafting apunta a tres áreas de intervención para hacer de nuestro trabajo una experiencia más enriquecedora y gratificante:
- Area funcional, relacionada con las tareas que desarrollamos. Todo el análisis del punto 3 nos servirá para decidir que tareas conservar, cuales eliminar o reducir, cuales queremos mejorar o aumentar el tiempo de dedicación, qué otras tares queremos añadir o incorporar porque nos producirían más felicidad, y por último y lo más difícil, qué tareas tenemos que aceptar aunque no queramos realizarlas. Este ultimo caso requerira estrategias de afrontamiento positivas, optimistas y creativas para hacer más satisfactorio nuestro trabajo.
- Area relacional, vinculada a las interacciones y relaciones que tenemos en el día a día de nuestro trabajo. Aquí se trata de o bien establecer nuevas relaciones que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos, a delegar o colaborar en tareas que nos resultan más difíciles o tediosas, a cambiar una relación que nos está afectando negativamente en el trabajo. a buscar un apoyo que nos sirva de sostén en momentos difíciles. Intervenir a nivel relacional es buscar en que forma puedo crear, cambiar, mejorar o finalizar relaciones laborales, darles un nuevo sentido y significado para que contribuyan al logro de mi felicidad en el trabajo. Intervenir en este nivel nos puede aportar algo tan sencillo como darnos cuenta que a un compañero le encanta realizar una tarea que a nosotros nos resulta odiosa e intercambiar con el tareas.
- Area cognitiva, hace referencia a cómo percibimos nuestro trabajo, qué valor le damos a cada tarea que llevamos a cabo y cómo afecta a nuestra imagen y autoconcepto. En este área se trata de darle un nuevo significado o contenido a tu trabajo, por ejemplo, puedes convertir determinadas tareas en retos para hacerlas más estimulantes o atractivas, proponerte aprender o explorar algo nuevo en cada tarea que te resulte menos agradable, introducir algun aspecto lúdico para hacerlas más llevaderas. Muy importante en este área tener muy claro el sentido de tu trabajo, tu propósito para incorporarlo siempre y tenerlo presente en las tareas que realizas, especialmente a la hora de priorizar o de manejar la energía. En muchos casos, si tienes un mal día comenzarlo con tareas que te gratifican y conectan con tu propósito te llenará de energía, y generará motivación extra para afrontar luego otras menos deseadas.
5.- Plan de acción
Cuando tengas todo lo anterior, es el momento de pasar a la acción, porque sin acción no hay cambio y no se logran resultados. Tu Felicidad depende de tus decisiones y de tus acciones. Decisiones sin acciones, son meras intenciones.
Rediseña tu agenda de trabajo en base a todo lo anterior. Marcate compromisos de acción mensuales y revisamos para ir viendo como avanzas. Concéntrate en cambiar una cosa cada mes y trabajarla hasta interiorizarla y ver los resultados, esto alimentará tu motivación y tu perseverancia.
“Cuando perdemos el entusiasmo es nuestro cuerpo el que va a trabajar todos los días, pero nuestro corazón y nuestra alma están en otra parte” Richard Boyatzis.
Si quieres recuperar tu entusiasmo y tu pasión en el trabajo, y poner toda tu alma en él, apuntarte al Job Crafting. Puedo acompañarte en el camino de lograrlo a través de un proceso de coaching o mentoring.